jueves. 18.04.2024
censura
censura

Si bien es cierto que cuando hablamos del derecho a la libertad de expresión, decimos que debemos expresarnos sin ser cohibidos, cabe destacar que, como cualquier deber se debe de practicar con responsabilidad y con ciertas obligaciones. El límite de este aparece cuando hablamos de vulnerar los derechos de terceras personas.

Cuando nos expresamos, debemos hacerlo con el cuidado de utilizar palabras o símbolos que no atenten contra el honor o la integridad de terceras personas.  

La libertad de expresión siempre se verá limitada cuando haya una disparidad de derechos, es decir, que los derechos de una y otra persona se vean enfrentados.

Podemos ver numerosos casos en los que se ha atentado contra la dignidad de diversas personas o se han producido comentarios vejatorios hacia la persona: 

Pablo Hasel es condenado a dos años de prisión por realizar y subir a YouTube un rap donde realizaba injurias a la Corona española, a las instituciones del Estado y, además, a la alabanza de la banda terrorista ETA y Terra Lliure. 

 

Cuando salió el juicio era condenado a dos años y un día de cárcel, sin embargo, tras recurrir la sentencia la pena se rebajó a 9 meses y un día. En este rap el objeto de delito, además de numerosos tweets, eran versos como: “Quiero transmitir a los españoles un mensaje de esperanza, ETA es una gran nación"

Otro de los casos de rap que también han atentado contra los derechos humanos fueron el grupo La Insurgencia. Este grupo se dedicó a enaltecer las organizaciones terroristas, como los GRAPO; además de desearle la muerte a la Corona. Entre los versos se podían apreciar: “¡Gora ETA!” o “Los GRAPO eran en defensa propia ante el imperialismo y su crimen”