viernes. 19.04.2024
Reportaje

Cine Rex: historia de un superviviente

Este cine, situado en la calle Vara del Rey, en pleno corazón de la capital, es una parte fundamental en la historia de Murcia. Acabada la Guerra Civil se convirtió es una especie de refugio para todo el mundo que deseara evadirse por unas pocas pesetas. Ha ido sobreviviendo a las grandes crisis que ha sufrido el sector y, a día de hoy, es el único cine de barrio que continua abriendo sus puertas a diario.

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Corría el año 1913, Murcia comenzaba en la época su andadura en el mundo de la industria del cine y el teatro como atracción novedosa para todos los públicos. El 31  de octubre de 1914 se inauguraba Teatro Ortiz, propiedad de Daniel Ortiz, que 16 años después, en 1929, pasó a llamarse Central Cinema exhibiendo tres años más tarde su primera película sonora, acto que marcó un antes y un después en la historia de ese lugar. Tras una remodelación, en 1946, a cargo de Guillermo Martínez, Central Cinema cambió de nombre para ostentar aquel por el cual lo conocemos a día de hoy y que tantas glorias le ha dejado a lo largo de su historia, Cine Rex, que en poco tiempo se coronó como el nuevo sitio de referencia en la ciudad de Murcia.

Pero el verdadero boom de éste cine se dio con la llegada y total aceptación del sonoro a la región en 1939, cuando la sala ya era propiedad de Empresas Iniesta, como casi todas las que poseían cierto prestigio y emitían regularmente nuevas producciones y obras de teatro. Más de medio siglo duró el monopolio de la compañía, comprando cines en pleno funcionamiento en lugares estratégicos como método de expansión imparable en la época.

Fotografía: El Cine Rex de Murcia a finales de los años cincuenta.
               Fotografía: El Cine Rex de Murcia a finales de los años cincuenta.

El Cine Rex también es conocido por haber albergado algunas de las carteleras más curiosas, como fueron las que mostró tras la Guerra Civil en 1949, emitiendo películas no proyectadas en cine comercial, ya fuese por su antigüedad o por reflexión de esos largometrajes que no llegaron a calar en las grandes masas. En 1936, se crea en Murcia el primer cine-club, formado por los que la opinión pública consideraba  ‘’intelectuales’’ que buscan llevar el cine a la ciudad como arte, espectáculo y manifestación cultural. Sus proyecciones comienzan el 22 de marzo de ese mismo año, con las obras Gaviotas (corto documental de UFA), el largometraje Hombres de Arán (Flaherty, 1934) y el corto Charlot rapta a la novia (1915).

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Interior del Cine Rex. Fotografía: Isidoro Bernal

A pesar de haber experimentado algún cierre a lo largo de su historia, su nombre es conocido por todos los habitantes de murcianos, por los buenos momentos que nos ha dejado, por su localización céntrica cercana a todos los sitios emblemáticos de la ciudad y por seguir luchando con su única película en cartelera contra las grandes salas de cine de centros comerciales que monopolizan el negocio a día de hoy. Cuenta con una única sala que ha sido completamente reformada, desde las butacas pasando por la iluminación y la mejora del sonido, todo para conseguir que la persona que visita sus instalaciones se sienta como en casa y tenga el honor de poder ver un estreno desde un sitio tan emblemático como este.

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Interior del Cine Rex. Fotografía: Isidoro Bernal

Nada mas entrar sientes que te estás adentrando en un lugar con mucha historia entre sus muros, habiendo sobrevivido a los años más lúcidos y más oscuros del país. El Cine Rex ha servido a muchos productores locales para dar a conocer sus obras, así como documentales y demás estrenos que han servido para nutrir cada vez mas a la gente que visitaba sus butacas habitualmente. Otro tipo de programación que solía hacer la sala era programar un ‘’maratón’’ semanal de grandes estrenos que salieron hace años pero que fueron grandes éxitos a la hora de su salida.

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Interior sala del Cine Rex. Fotografía: Isidoro Bernal

Cierre de los Cines de Barrio


Son varios los motivos que han llevado al cierre de la mayoría de cines de barrio que han existido en la Región de Murcia, entre ellos hemos de destacar la aparición de la televisión y de los videoclubs, la falta de comodidad y, más en la actualidad, la dura competencia de los multicines.

En 1966, el Salón Vidal tuvo que cerrar sus puertas y un año más tarde lo hizo el Cine Popular. También en aquella época desapareció el Cine Imperial (de verano) pero fue en la década de los setenta cuando los cines de barrio entraron en decadencia y una década después (entre 1980 y 1990),la situación se agravó y la crisis cinematográfica fue más que evidente. Empezaron a desaparecer progresivamente algunos cines de Murcia: el Avenida (1975), el Rosi (1984), el Teatro Circo (1984), el Coy (1984), el Cinema Iniesta (1985), el Gran Vía (1988) y, finalmente, el Coliseum (1989). De los cines construidos antes de 1960 sólo permanecía abierto en 1993 el Cine Rex.

Pese al cierre de todas estas salas, abrieron sus puertas los Cines Floridablanca (1982), en la Alameda de Colón, que se despidieron del público en enero de 2006; Centrofama (1983), en la Avenida Gutiérrez Mellado, que decidió cerrar varias de sus salas; y el Salzillo (1984), hoy en día ocupado por la Filmoteca Regional. Como consecuencia de todo lo anterior, se pasó de 133 cines que proyectaban en 1980 a 60 en 1990, consigo el número de espectadores pasó de 4.726.576 a 2.174.000, según los datos publicados en Análisis e Investigaciones Culturales del Ministerio de Cultura (abril-junio 1983) y en el Anuario Estadístico de la Región de Murcia (1991).

El año 2006 fue pésimo para los cines de barrio de la Región. En Cartagena, el legendario cine Alfonso XIII echó el telón para siempre. En Murcia, el histórico Floridablanca también cerró sus puertas y respecto al Centrofama, clausuró tres de sus salas. El motivo del cierre está relacionado con la apertura de los multicines. A día de hoy son la gran competencia de los cines de barrio, debido a todas las comodidades que estos presentan, el mayor número de salas y, por consiguiente, más opciones de películas para ver. Además de las mejoras en audio y vídeo que traen consigo los nuevos cines. Por otro lado, hoy en día, tenemos todas las facilidades del mundo para ver en streaming cualquier largometraje sin la necesidad de salir de casa.

Aún así yo soy de los nostálgicos que prefieren la experiencia de ir al cine y lo que esto conlleva (sonido envolvente, pantalla gigante, comentar la película con amigos al finalizar en un bar...) a la comodidad del salón de mi casa. Y prefiero también ese cine que tiene una historia detrás, al que puedo ir andando y donde no tengo que hacer cola para sacar las entradas ¡Larga vida a los cines de barrio!

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Exterior Cine Rex Murcia. Fotografía: Lorena Belmar