En la cofradía del Cristo del Refugio a lo largo de su historia han sucedido las siguientes curiosidades o anécdotas que probablemente muchos no sabían:
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Cuando se fundó la cofradía sólo podían salir hombres, la norma se cambió y desde hace años salen también mujeres cofrades.
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Un año en plena procesión una mujer se metió dentro del paso. Un mayordomo se dio cuenta y la sacó educadamente.
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Un cofrade dejó de salir porque durante dos o tres años en la iglesia, el día de la procesión le daban pellizcos en el trasero. Al estar todo lleno de nazarenos dentro de la iglesia nunca pillaba al culpable.
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Un cofrade no pudo llevar el paso de la emoción, al terminar la procesión se derrumbó a llorar: “no he podido con él, el crío me ha podido”.
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Un cofrade se mareó y cayó desplomado antes de salir la procesión. El valiente consiguió salir y terminar con todas sus ganas y fe al Cristo del Refugio.
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Desde que el cofrade se pone el capuz hasta que se lo quita no puede hablar. Salvo caso urgente, somos humanos.
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Una joyería se dejó la luz del escaparate encendida un año, pidieron perdón porque se les olvidó y al año siguiente se la volvieron a dejar.
