El pasado 28 de abril el presidente del Gobierno, Pedro Sanchez, anunciaba un plan de desescalada para toda la población, en el que se incluía las pautas que deberían seguir en el sector hostelero. En ese plan, repartido en 8 semanas, se concretaba cómo y cuándo deberían abrir los establecimientos de restauración en el que en primera instancia, solo podrían poner en marcha las terrazas y bajo unas medidas estrictas para no favorecer la propagación del virus y poder trabajar con garantías de seguridad, tanto para los clientes, como para los trabajadores.
La mañana del día 29 de abril, un día después de dicho anuncio por parte del gobierno central, más de un centenar de restaurantes, bares y cafeterías en Elche amanecieron con el cartel de “Se traspasa” en sus puertas, todos ellos cerrados al público. La imagen era impactante, pues a primera vista daba la sensación de que cientos negocios habían cerrado sus puertas para siempre. Pero al acercarte a leer el cartel se apreciaba que no aparecía número de contacto, simplemente la consigna “se traspasa”, incluso en algunos se podía leer “razón: pregunten al Gobierno” o el hastag #SinSeguridadNoAbrimos
Uso de gel y mascarilla - Fuente Teksomolika
Estos carteles se fueron extendiendo por toda la provincia de Alicante, en varios pueblo de alrededor se podía leer en las puertas de algunos restaurantes la misma consigna. Pero, ¿qué sucedía? ¿por qué estos restaurantes se negaban a abrir y colocaban estos carteles en sus puertas?
La hostelería se sentía abandonada y exigían que el gobierno se pusiera en contacto con el sector para dejar en claro ciertas cuestiones relacionadas con la desescalada. Quedaba claro cuándo podían abrir y el número de mesas que debían poner, pero echaban en falta ciertas aclaraciones como cuántas personas podrían sacar del ERTE, qué pasaría con los establecimientos que no contaban con terraza, si podrían meter otra vez en ERTE a los empleados una vez sacados de él o cómo deberían actuar para evitar contagiarse concretamente.
Por estos motivos, junto con el de que muchos pensaban que si abrían obtendrían más pérdidas que ganancias al restringir tanto la capacidad y teniendo que asumir sueldos y otros gastos, el sector de la hostelería se unió en una protesta para pedir aclaraciones y se negaron a abrir sus negocios hasta que estas cuestiones, entre otras, no las tuvieran claras.
En respuesta a esta situación, el Ayuntamiento de Elche, al igual que el de muchos otros municipios crearon un plan de ayudas a sus negocios hosteleros en el que no se les solicitaría la cuota de la ocupación de la via pública por plantación de terrazas, así como se les permitiría ampliar hasta un 50% más de ocupación con el fin de que pudieran colocar el mismo número de mesas que siempre, pero con la separación de seguridad aconsejada.
