viernes. 29.03.2024

La historia de Veronika: "Superé un tumor"

A sus 24 años de edad, Veronika Dobrynina, una chica rusa afincada en España desde hace varios años, puede sentirse orgullosa de haber superado un tumor benigno en la glándula parótida del lado izquierdo, que, en un 90% de los casos suele ser benigno. Dicha enfermedad se suele producir en mujeres entre 35 y 45 años, pero su testimonio es toda una historia de superación. Esta estudiante de marketing e investigación de mercados, asegura que no le da miedo hablar de ello. 
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Veronika Dobrynina, imagen de archivo.

Hablamos por teléfono con Veronika, ya que vive en otra ciudad y no tenemos posibilidad de quedar con ella. Empezamos a preguntarle por su enfermedad y sin ningún pudor, nos empieza a contar su historia. Nos cuenta que, le detectaron el tumor "de rebote", ella estaba estudiando para los finales, y quedó con su tía. Esta se fijó en que tenía un bulto extraño en las glándulas salivales, justo detrás de la oreja y le preguntó si había cogido alguna infección de garganta. Verónica no padecía ningún síntoma y no notó la presencia del bulto hasta ese momento. Ambas empezaron a investigar qué podría ser. Había dos opciones: un ganglio inflamado o un tumor benigno. Al día siguiente, Verónica y su madre fueron a urgencias para saber qué era. El primer diagnóstico fue un ganglio inflamado pero le hicieron una ecografía para saber qué tenía realmente. 

Después de realizada la ecografía, detectaron que no era un ganglio inflamado, y que era un adenoma pleoformo mixto, es el nombre técnico de un tumor benigno. A los dos días le hicieron un TAC y lo pasó realmente mal, porque nunca ha sido una persona de ir a médicos ya que nunca ha tenido problemas de salud graves. Cuando le detectaron el tumor, pensó que era malo y lo pasó muy mal, hasta creía que le iban a poner una quimioterapia y nada más lejos de la realidad. Después del TAC tuvo que ir al especialista en cirugía maxilofacial, la doctora le palpó el tumor, miró las pruebas, y le mandó hacer una resonancia y después una biopsia. “De todas las pruebas que me hice, la biopsia fue la peor experiencia de mi vida” No la podían dormir, no le podían poner anestesia general y tuvo que ser local. A día de hoy ve a las personas que le atendieron en ese momento y les sigue diciendo que fue la que mejor soportó la prueba incluso que personas de más edad. 

A Veronika le hicieron un análisis de sangre para comprobar si había algún tumor maligno. Lo preferible era extraerlo porque era de 3,5 cm. Visitó a tres médicos diferentes para obtener diferentes opiniones. Los dos primeros médicos veían que la mejor solución era poner unas grapas después de la intervención. Finalmente, recomendado por sus tíos fue a un nuevo médico que estaba en Almería. Este hombre le dijo que la cicatriz sería mínima. Le avisó que uno de los riesgos era que se quedase la cara paralizada. “Pasó un año desde que me lo detectaron hasta que me operé”

Nos cuenta entre lágrimas que iba muy asustada a la operación pero todo el equipo médico la tranquilizó. Nos dice que la intervención fue muy bien pero el post-operatorio fue muy complicado para ella, dada la medicación que le pusieron. Estuvo día y medio en el hospital y después le dieron el alta. Esa semana lo pasó realmente mal porque no podía salir, no podía mover la cabeza y tenía que estar todo el rato tumbada. Tampoco podía ingerir alimentos calientes. Al mes de operarse pudo hacer una vida normal. Una vez fue a revisión, todo el equipo médico le dijo que no tenía células cancerosas, que no tenía que hacer quimioterapia preventiva, sólo acudir al médico en las fechas programadas. Ahora va cada año a revisión. A los seis meses de la intervención, recuperó la sensibilidad y afortunadamente, no padece ninguna secuela. 

Adelgazó 4kg en una semana. Tuvo mucho apoyo familiar y de sus amigos. “Jamás me sentí apoyada por la pareja que tenía en ese momento”. “He tenido la mayor suerte del mundo de vivir en Almería porque eso me ha permitido conocer a mi médico”.

Su vida diaria es muy buena. Ya no tiene miedo de ninguna intervención. Puede hacer lo que quiera con su vida. “La ventaja de un tumor benigno es que puedes hacer vida normal rápidamente”. “No me da miedo hablar de ello”.

 

 

 

 

 

 

La historia de Veronika: "Superé un tumor"