viernes. 19.04.2024
MACHISMO EN DISNEY

El poema viral que critica "las enseñanzas machistas" de Disney

Con una irónica declaración de intenciones, "qué gran maestro fuiste Walt Disney", el vídeo del poema se ha vuelto viral en redes sociales, acumulando millones de visualizaciones.
Marta Rgaryen, Mississippi, / Arturo Casanova
Marta Rgaryen, Mississippi, / Arturo Casanova

La poeta valenciana Marta Fornes (Mississippi) se presentó a un concurso de micro abierto y lo ganó. Se trata del poetry slam -concurso de poesía en directo-. En su actuación, la artista de 26 años de edad recitó versos como "me enseñaste el placer de la necrofilia, sí, sí, el romaticismo de besar a un cadáver. Me enseñaste, también, ¿recuerdas? a abusar de una chica que se queda dormida, no importa si está cansada o drogada, si está maldita o pinchada por una rueca".

El vídeo que abre este artículo son sus tres minutos de críticas a las enseñanzas machistas de las películas clásicas de Disney.

La poeta, maestra de Primaria en un colegio de Valencia, declara a Verne que vio muchas películas de princesas cuando era pequeña, pero hasta hace poco no se percató de sus mensajes machistas: "Siendo sincera, Disney me encantaba. Me sé los diálogos de las películas de princesas de pe a pa. Cuando creces te das cuentas de algunos detalles que son muy fuertes". Fornés, que firma sus poemas como Mississippi, se refiere, por ejemplo, a que Ariel renunciase a sus piernas para irse con un hombre o que el príncipe de La bella durmiente besase a Aurora estando dormida.

El vídeo viral de la poeta es provocador y capta el momento que está viviendo actualmente nuestra sociedad e ironiza sobre Disney, cargando contra la compañía del ratón a la que acusa de influir de forma perjudicial en la infancia de las niñas, y en consecuencia de los niños, de todo el mundo.

SE ACABÓ TU HISTORIA

Tú me enseñaste a odiar,

a ver a las otras chicas como enemigas.

Me enseñaste a rivalizar incluso con mis hermanas.

Tú me enseñaste qué hacer para contentar a un hombre

porque el amor, así con mayúsculas,

es a lo máximo a lo que aspiro.

Tú me enseñaste que las mujeres debemos elegir

entre sumisa o bruja.

Me enseñaste el placer

de la necrofilia, sí, sí,

el romaticismo de besar a un cadáver.

Me enseñaste, también, ¿recuerdas? a abusar de una chica

que se queda dormida, no importa si está cansada o drogada, si está maldita o pinchada por una rueca.

Qué gran maestro fuiste, Walt Disney.

En cambio a ellos,

Ay, ¡cómo los pusiste a ellos!

Les enseñaste a ser valientes,

a abatir dragones, a trepar montañas,

a vencer temores y a empuñar espadas.

Les enseñaste a ser el rey león de la manada,

a ser HOMBRES

fuertes como Tarzán,

listos, musculados, con medallas.

¡Como Hércules, que llega y gana!

Pero a nosotras

nos diste el amor

como única opción.

Ni siquiera teníamos amigos humanos como ellos.

Solo hablábamos con tacitas y animalitos.

Así que niña, espera sentada.

¡Qué coño! Mejor espera tumbada

o dormida o muerta.

Qué importa, porque él siempre llega.

Tú estáte a la espera de que

te lleve en su alfombra a un mundo ideal.

Nos convertiste en madrastras

que explotan a esclavas,

en brujas que envenan

para ser la más guapa.

Oh, niña, abandona a tu familia

por unas nuevas piernas.

Qué más da si te quedas sin voz:

"Admirada tú serás si callada siempre

estás, sujeta bien tu lengua y triunfarás, Ariel"

Ay, niña, date cuenta de que no eres suficiente contigo misma.

Necesitas un hombre

que te diga lo que vales,

un príncipe azul que te salve,

un John Smith que te diga:

“si no lo conocieras…“

tu vida sería una mierda.

Ay, pequeña, y si por alguna de aquellas

quieres triunfar, córtate el pelo como Mulán.

Nos enseñaste a fabricar pociones

para mantenernos jóvenes

en el país de Nunca Jamás

convertidas de mayores

en cremas antiedad.

Por suerte, Walt, tu historia está terminando

porque había una vez

niñas que escaparon de sus torres,

brujas que rompieron cadenas,

princesas que dejaron de hacerse la cera

y unas a otras nos quitamos la venda.

Y empezamos a liberar el pájaro de la jaula, a aullar, a salir de noche

sin miedo a pasar de las doce,

a volar sin escobas y a liderar dragones.

Así que nosotras, las gordas, las flacas,

las que no se depilan,

las solteronas, las de las tetas caídas, las que no saben cocinar,

las que calzan bambas y no zapatos de cristal,

nosotras, las del rímmel corrido, las que no se peinan,

las que tienen novia, las que no quieren hijos,

las promiscuas, las malfolladas, las viejas arrugadas,

todas, nosotras, aquí, tenemos un lugar

donde viviremos felices y comeremos lo que nos salga de los ovarios, querido Walt.