“Es una noche muy triste y decepcionante para nosotros” dijo Sergio Busquets al finalizar el encuentro en el Olímpico de Roma que les apeó de la Champions. Aquella noche, un 10 de abril de 2018, los primeros temblores se hicieron notar y comenzaron a resquebrajar el proyecto deportivo del entonces entrenador del Barça, Ernesto Valverde, que tras la derrota reconoció: “Sabemos lo que supone esta decepción para nuestra gente y para nosotros, estamos todos muy tocados”.
#CRÓNICA|Un fracaso imperial https://t.co/PJuZf9Qp56
— Diario AS (@diarioas) April 10, 2018
Este fue el primer movimiento sísmico y afectó directamente a la figura del entrenador, Valverde, quién quedó cuestionado y en una situación muy comprometida de cara a próximos partidos importantes.
Por su parte, Bartomeu, el artífice del proyecto deportivo junto a su cúpula directiva, brindó el apoyo que el entrenador necesitaba, algo que, sumado al de toda la plantilla, sirvió de aval para que Ernesto Valverde siguiese al frente del banquillo azulgrana.
A pesar de esto la imagen del equipo y del club quedó dañada, hubo muchas dudas sobre la capacidad de la plantilla para asimilar el golpe y volver a la senda del triunfo. El club, como entidad gestora, comenzó a mostrar sus carencias.
Nueva oportunidad
Tras finalizar la temporada 2017-2018 como campeones de liga y Copa del Rey, el F.C. Barcelona veía en la campaña 2018-2019 una nueva oportunidad para enmendar lo sucedido en Roma y poder regalar a su afición la ansiada Champions League.Todo iba bien encaminado hasta que llegaron a Anfield para jugar el partido de vuelta de semifinales frente al Liverpool. Con un marcador favorable de 3-0 los de Valverde tenían casi asegurado el pase a la final. Pero nunca se puede dar todo por seguro, y menos en el mundo del fútbol.
Messi trató de alentar a los suyos con un discurso en el que no daba lugar a que sucediese lo de Roma nuevamente: “Vamos a salir fuertes. Lo de Roma fue culpa nuestra, de nadie más. Que no pase lo mismo”. A pesar de las palabras del “10”, el Liverpool consiguió la machada y remontó la eliminatoria con un 4-0 que dejaba al F.C. Barcelona hundido.
Este nuevo temblor agravó la situación interna dentro del club culé, la confianza entre plantilla y entrenador comenzó a romperse, las grietas de Roma se abrían aún más, la estructura del proyecto deportivo estaba totalmente resquebrajada.
Las declaraciones de los futbolistas tras el encuentro vislumbraban una crisis sin precedentes en Can Barça.
A la nueva eliminación en Champions se sumó la derrota en la final de la Copa del Rey frente al Valencia. Un nuevo fracaso que minó la moral de la plantilla, cada vez más rebelde en el trato con la directiva y el entrenador, al que dejaron de apoyar y de mostrar su confianza. Ernesto Valverde no convencía ni dentro ni fuera del vestuario, fue uno de los primeros señalados en el desmoronamiento del club.
Con la temporada 2019-2020, y un pésimo inicio, llegó la primera víctima del terremoto en Can Barça. El 13 de enero de 2020, Ernesto Valverde fue destituido como entrenador del F.C. Barcelona. La crisis comenzó a ahondar; directiva, entrenador y plantilla estaban divididos. La escasez de autoridad y mando hicieron que el club iniciara su etapa de derrumbe.
