El fútbol base es aquel que se practica entre jóvenes, de edades comprendidas entre los 3 y los 18 años, antes de llegar a categorías absolutas. Aquí se forman como profesionales, adquiriendo los conocimientos oportunos para explotar al máximo su talento. El trabajo de los entrenadores es fundamental en esta etapa en la que los niños captan todo lo que se les enseña. El fútbol base pretende formar futbolísticamente a estos deportistas, pero, sobre todo, quiere inculcar los valores apropiados para su posterior desarrollo como jugadores profesionales. En estas categorías, los niños forjan su técnica y su táctica, aprenden los compromisos del club, la importancia del juego limpio y del trabajo en equipo.
Pero, ¿cuándo se empezó a hablar de fútbol base? Debemos remontarnos al año 1947 cuando la Agrupación Deportiva Plus Ultra, actualmente conocida como Real Madrid Castilla Club de Fútbol, decidió instaurarse (no oficialmente) y realizar las funciones de equipo filial. Fue a partir de este momento cuando se empezaron a emprender proyectos de cantera, que son los equipos que conforman el fútbol base. Los madrileños, por ejemplo, fueron fundando, poco a poco, las categorías inferiores del club blanco. El resto de equipos españoles fueron adoptando esta disciplina. En 1951 surgió la primera competición de fútbol base, la Copa del Rey Juvenil.
La importancia de las canteras es indiscutible. Prácticamente todos los equipos de fútbol profesional cuentan con categorías inferiores. Y es que esto les permite obtener grandes ventajas. Los jugadores que se hayan formado en ellas conocen a la perfección la filosofía de trabajo y el estilo de juego del club, por lo que les será mucho más fácil adaptarse a las exigencias del juego de la categoría absoluta. Los equipos de primera reconocen que sus futbolistas se adapten de manera rápida a la plantilla, pues esto les facilita el trabajo.