Las tendencias han sido uno de los causantes de dicha contaminación. Actualmente a la actividad de utilizar y tirar ropa de forma continuada la llamamos ‘fast fashion’. Esta forma de consumo hace que se generen colecciones de prendas cada vez más rápido y con un bajo costo, lo que genera un consumo acelerado. Algunas de las marcas fast fashion más populares son: Zara, Primark, Uniqlo, Forever 21… Lo que se está consiguiendo con este modelo de negocio es que la contaminación aumente cada año más. La ONU es una de las muchas organizaciones que se encuentran actualmente ayudando para hacer una transición a una moda totalmente ecológica y sostenible.
Además del medio ambiente muchas son las personas que sufren a causa del fast fashion. Siempre ha existido una preocupación social pero a medida que el mundo evoluciona cada vez son más las personas que dejan de consumir moda comercial debido a la explotación humana que hay detrás de ella. Se calcula que existen 40 millones de personas en el mundo que se dedican a realizar distintas prendas para distintas marcas. Estos trabajadores son en su amplia mayoría mujeres, menores de edad, explotadas, con un sueldo que no suele sobrepasar los 2 dólares y bajo condiciones miserables.
Junto al modelo de negocio, el otro gran problema que ha llevado a la industria de la moda a este punto de inflexión es la forma de realizar las prendas. En Asia podemos encontrar 240.000 fabricas que se dedican solo a la realización y confección de estas. El 70% de las emisiones de los gases que se generan son debido a la moda. Además, Para su realización es necesario la utilización de multitud de químicos y sustancias tóxicas como alquitranes o disolventes, estos acaban llegando a los mares e intoxicando sus aguas.
Son muchos y variados los motivos que nos hacen replantearnos la situación actual. Es hora de cambiar los hábitos y comenzar a consumir de una forma responsable que nos permita convivir con el medio que nos rodea.
