¿Jugar cuatro horas con el móvil es bueno o malo? ¿Por qué?
Mayte Sánchez: Malo, daña a la salud visual así como favorece el sedentarismo
Cristina García: Malo, me parece que es excesivo pasar tanto tanto tiempo frente a una pantalla
Rubén Aledo: Es malo porque no es bueno tener un vicio con el móvil.
¿Cuándo debería utilizar el móvil una persona menor de edad? ¿Por qué?
Mayte Sánchez: No creo que una persona menor de edad deba usar el móvil, aunque hoy en día es inevitable. Yo pondría un horario muy limitado para su uso y a partir de una edad determinada, unos 14 o 15 años.
Cristina García: Cuando sea responsable, para hacer un buen uso del aparato. Antes no.
Rubén Aledo: Cuando lo necesite y cuando tenga tiempo libre, no todo el rato, pero lo puede coger.
¿Para qué puede usar un niño el teléfono? ¿Por qué?
Mayte Sánchez: Como herramienta educativa. Hoy en día se utiliza para todo, ya sea tema de videojuegos, apuestas, redes sociales etc. Se hace este uso de los teléfonos porque se usan más como un ordenador donde tienes todo a tu alcance de una manera sencilla que como un teléfono que cuya utilidad es llamar.
Cristina García: Para jugar a algún juego, siempre con la vigilancia de un adulto y para hablar por teléfono cuando sea necesario.
Rubén Aledo: Para lo que lo dejen sus padres.
"No creo que una persona menor de edad deba usar el móvil, aunque hoy en día es inevitable".
¿El control parental es realmente necesario? ¿Por qué?
Mayte Sánchez: Dependiendo del caso, pero la mayoría de veces sí, pues son los padres los que deben regular y controlar el uso del móvil de sus hijos. Aunque muchas veces son estos los que muestran a sus hijos el ejemplo del consumo.
Cristina García: Totalmente necesario. Los niños necesitan límites y que los supervisen. Es una muy buena opción.
Rubén Aledo: No. Bueno, algunas veces sí. Depende de cómo sea el crío.
Al ver sus respuestas, observamos que Mayte habla desde la experiencia y los conocimientos que ha obtenido en su trabajo, sin embargo, Cristina, da una respuestas más firmes y personales basándose en la protección y en la educación que quiere que su hijo tenga. Por último, Rubén, de 11 años, muestra que tiene algunos conocimientos básicos sobre cómo se ha de utilizar el teléfono móvil, pero también muestra en sus respuestas que le gustaría tener una mayor libertad con estos dispositivos.
"Muchas veces son los padres los que muestran a sus hijos el ejemplo del consumo".
Aún queda mucho recorrido, pero es reconfortante ver que la sociedad va tomando conciencia del peligro que pueden llegar a suponer los teléfonos móviles y que, al mismo tiempo, intenta incluir estas ideas en la educación de las futuras generaciones.
