La dieta mediterránea favorece el control de peso, controla la obesidad, reduce la diabetes por sus alimentos de bajo contenido calórico y entre otras virtudes, es muy buena para la memoria. Tiene similitudes con la cocina española, italiana y turca debido a su situación geográfica, por eso, está considerada como una de las mejores dietas a seguir.
Los platos de la gastronomía griega suelen ser bajos en grasa porque incorporan ingredientes simples y frescos. También abunda el uso de vegetales, y, como condimento, se suele recurrir al eneldo, limón y, por supuesto, al aceite de oliva. En la dieta mediterránea se evitan los productos industrializados, se consume mucho pescado (los griegos lo cumplen a la perfección), el mejor aderezo es el aceite de oliva porque es rico en omega-3, que previene enfermedades cardiovasculares.
Este tipo de dieta es rica también en alimentos integrales. Anteriormente dijimos que el pan de pita se elabora con harina de trigo integral. También se caracteriza por un alto consumo de frutas, verduras y lácteos, y por supuesto, que no falte el vino, ya que se ha demostrado que es un gran antioxidante, pues, si se bebe con moderación, puede cuidar los vasos sanguíneos.
Todos estos alimentos están muy presentes en la cocina de los griegos, que tiene una de las dietas más saludables del mundo. Un estudio hecho por la Universidad Harokopio de Atenas ha demostrado la relación que existe entre la alimentación y el estilo de vida de los griegos con la reducción de enfermedades cardiovasculares. Se comprobó que es más importante el seguimiento de la dieta mediterránea que la actividad física.
