El Índice de Precios de Consumo (IPC), baremo económico que utiliza el INE todos los meses para medir mes a mes cómo el precio de los bienes y servicios de los hogares varían, ha revelado este viernes que en el mes de marzo el IPC se ha visto incrementado un 0,8% respecto al mes de febrero, llegando a alcanzar el 3,2% de la tasa interanual. Esta escalada del IPC se debe al encarecimiento de la factura de la luz por la normalización del IVA, al aumento de los paquetes turísticos, que han coincidido con las vacaciones de Semana Santa, y al incremento desmesurado del precio de los carburantes.
En el mes de marzo, según el Boletín Petrolero de la Unión Europea, los españoles han llegado a pagar por un litro de gasoil 1,54 euros de media, precios muy parecidos a los de marzo de 2023. Mientras que el litro de gasolina se ha visto incrementado un 0,5% con respecto a hace 12 meses, llegando a desembolsar 1,62 euros.
Por el contrario, la cesta de la compra se ha reducido más de 12 puntos con respecto al año anterior, situándose actualmente en una tasa del 4,3% debido al abaratamiento de legumbres, hortalizas y otros productos alimenticios. Sin embargo, el precio de ciertos alimentos como la carne de vacuno y cerdo, esta última, se ha visto incrementada a nivel mundial en 1,9 puntos con respecto al último mes, según ha revelado la FAO. En suma, el INE en la tasa interanual de marzo ha indicado que el coste del aceite de oliva español se ha visto disparado en el último año un 70%, es decir, se está pagando el triple por el mismo producto.
Asimismo, si se comparan los datos de este mes de marzo con el IPC interanual de enero y febrero, que permite conocer si en un país ha aumentado, disminuido o estabilizado la inflación, los datos indican que la inflación en el mes de marzo ha aumentado cuatro décimas. En otras palabras, se ha pasado de contar en febrero con un IPC al 2,8% a tener un 3,2% de Índice de Precios de Consumo en marzo.
¿Cómo se calcula el IPC?
Cada mes, 200 trabajadores del INE se echan a las calles, concretamente acuden a los diferentes mercados tanto de la Península como de las Islas Baleares y Canarias, con el fin de recopilar los precios de los bienes y servicios más consumidos por la media de los españoles. Estos trabajadores seleccionan cuidadosamente alrededor de 500 artículos que representan la diversidad de productos adquiridos por la población en ese mes, conformando de esta manera lo que se conoce como ‘Cesta de la compra’. Una vez que cuentan con la recopilación de bienes y servicios más consumidos, dividen los artículos en 12 categorías diferentes: ocio y cultura, comunicaciones, transporte, medicinas, hostelería, enseñanza, vivienda, vestidos y calzados, bebidas alcohólicas y tabaco, alimento y bebidas no alcohólicas, y otros bienes y servicios. A partir de aquí, hacen un baremo de los precios y los comparan con los meses anteriores para conocer la evolución de los precios. Si el resultado del IPC es positivo, significa que los precios se han visto incrementados, mientras que, si el IPC es negativo, se traduce en una bajada de precio.
Además, conocer el incremento o disminución del Índice de Precios de Consumo, repercute tanto en la negociación salarial como en la subida o bajada de precios de los arrendamientos. Actualmente, como el IPC se sitúa por encima del 3%, el arrendamiento de nuevas viviendas se ha visto afectado negativamente, ya que tienen que ajustar su precio al coste de dicho mes.
