viernes. 26.04.2024
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Los elefantes, así como otros grandes herbívoros, tienen una labor fundamental en el ecosistema y su desaparición puede provocar graves efectos en el mismo. El principal problema al que se enfrenta esta especie en África es la caza furtiva, que tiene el fin de vender el marfil de sus colmillos. Si este enorme mamífero desaparece, la selva africana se verá gravemente afectada y, con ella, todo el planeta. Son consecuencias que detalla un estudio publicado en la revista Nature Geoscience, que se titula: “Carbon stocks in central African forests enhanced by elephant disturbance”. 

Los científicos que participan en el artículo aseguran que si los elefantes desaparecen, la selva africana central perderá cerca de 3.000 millones de toneladas de almacenamiento de carbono. Esto equivale a las emisiones de dióxido de carbono de Francia durante 27 años. La labor fundamental de estos animales en la selva es la de reciclar nutrientes, dispersar semillas y promover la biodiversidad. 

Para llegar a esta conclusión, los científicos seleccionaron dos áreas de estudio: la República Democrática del Congo, donde ya no quedan elefantes por la caza furtiva y la República del Congo, donde todavía quedaban grandes cantidades, aunque también han ido desapareciendo. Los investigadores compararon el tamaño de los troncos de los árboles en los dos lugares y se dieron cuenta de que en la zona con elefantes los árboles eran más grandes y crecimiento lento. Esto permite que almacenen más carbono. 
 

 Los elefantes derriban árboles con su fuerza para comer y prefieren los que son más pequeños (30 centímetros de diámetro o menos) y de rápido crecimiento. Así, despejan el bosque de vegetación, alteran la composición del mismo y hacen que predominen los árboles grandes. De esta forma, los elefantes dan un servicio de almacenamiento de carbono equivalente a unos 43.000 millones de dólares. Sin embargo, el estudio no muestra cuánto carbono se ha perdido ya por la desaparición de elefantes. A pesar de esto, los científicos insisten en que es necesario frenar la caza furtiva y ayudar a aumentar las poblaciones de estos paquidermos para frenar la crisis climática. 

Según las estadísticas, 96 elefantes mueren cada día en África. Se trata de una disminución del 30% de la especie en solo 7 años. Estos datos los recogió en 2016 el gran censo de elefantes que tuvo como principal inversor a Paul G. Allen, cofundador de Microsoft y fundador de Vulcan, la empresa que lideró el proyecto. La organización que desarrolló el censo fue Elephants Without Borders (EWB), en 18 países africanos. Los datos pronostican que en 2025 podrían quedar menos de 160.000 elefantes y supondría su extinción en algunos países. 

Mike Chase, fundador de EWB, se mostraba esperanzado sobre la supervivencia de los elefantes en una entrevista a Univision Noticias: “Sería una situación inimaginable para mí. Tengo que ser optimista de que en el mundo siempre habrá elefantes”. Destacaba, además, que los gobiernos de Mozambique, Tanzania y Angola habían aumentado su vigilancia frente a la caza ilegal. 

Si queremos que la Tierra siga girando y que el oxígeno llegue a nuestros pulmones, si queremos que nuestros nietos disfruten de los placeres que hemos tenido nosotros, es necesario que cuidemos de cada animal que habita en el planeta, pues son ellos y la naturaleza, los que nos lo dan todo.