Sofia Corradi es otro de los nombres para reconocer en esta historia. En 1958 esta mujer italiana tomó la iniciativa en Nueva York. Tras la falta de de convenios entre universidades en la época, decidió recoger firmas por todos los despachos de este ámbito para conseguir la compatibilidad de estudios con otras universidades de Europa.
El objetivo principal que persigue este programa de movilidad internacional es que los estudiantes experimenten su vida universitaria, social y cultural en otras universidades internacionales con la garantía de formarse y prepararse para la vida laboral para adentrarse en otras realidades que indudablemente le cambiarán la vida.
Más de 5 millones de estudiantes han traspasado fronteras. Para el año 2020, se estima que la cifra podría alcanzar el 20% de la población universitaria, según previsiones de la UE.
La edad media de los estudiantes Erasmus es de 22 años y en su mayoría, alrededor del 67% cursan un grado, el 27% un máster, apenas un 1% un doctorado, y son menos del 3% los que abandonan estos estudios en el extranjero.
El programa Erasmus se financia fundamentalmente con fondos públicos, pero también cuenta con aportaciones de instituciones privadas. Para 2019 la Unión Europea ha destinado al programa Erasmus un total de 2.700 millones de euros. Banco Santander, a través de su programa de Becas Santander Erasmus, es una de las entidades más comprometidas con la formación en el extranjero.
En mayo de 2018, la Comisión presentó su propuesta para un nuevo y ambicioso programa Erasmus, con el fin de duplicar el presupuesto hasta los 30.000 millones de euros para el período 2021-2027, triplicando el número de participantes hasta los 12 millones. En España es el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (SEPIE) –Organismo Autónomo que depende del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades– quién gestiona el programa en los ámbitos de la educación y la formación.
