lunes. 29.04.2024

Nos encontramos a dos semanas de las elecciones Regionales - Autonómicas y una vez más la desinformación acecha en Internet, pero esta vez el afectado ha sido el Partido Popular. El pasado lunes 15 de mayo, el PP denunció ante la Junta Electoral que se había creado una web falsa del Partido Popular de la Región de Murcia en plena campaña, que como es lógico, se ha solicitado su cierre inmediato. Es por ello, que al día siguiente me reuní con Beatriz Correyero Ruiz, doctora en Periodismo e investigadora, ya que hace poco, tuvimos en la Universidad Católica de Murcia la presentación del libro “El debate público en la red, polarización, consenso y discurso del odio” del que ha sido autora de uno de sus capítulos, llamado “Antídotos contra la epidemia desinformativa. Hacia un estado de la cuestión en la lucha contra la desinformación en España”, junto con el docente de la Universidad Rey Juan Carlos, AntonioJosé Baladrón-Pazos. 

Es por ello, que como experta en la desinformación en línea que encontramos actualmente, vamos a aclarar varias cuestiones junto a ella. 

¿Por qué decidiste formar parte de este proyecto? 

En primer lugar, yo pertenezco al grupo de investigaciones, comunicación y política de la UCAM, cuyo investigador principal es José Manuel Noguera, entonces teníamos unos fondos en el proyecto y decidimos todos los miembros del grupo sacar un libro. Cada uno propuso un capítulo y a mi me interesó mucho el tema de la desinformación, porque justo estaba trabajando con el Gobierno en la elaboración de un manual de buenas prácticas en desinformación, un proyecto en el que participaban también Google España, Facebook, Asociaciones de Periodistas,  entre otros. Por lo que vi una buena oportunidad para unir las dos investigaciones. 

¿Qué es exactamente la desinformación? o ¿cómo la definirías tú? 

Bueno, lo primero de todo hay que distinguir entre misinformation, mal-nformation y desinformación. 

La desinformación es toda aquella información que se difunde con la intención de manipular. Normalmente suele ser información que no está contrastada o que es falsa y que mantiene un interés. Por ejemplo, ahora en nada vamos a vivir un proceso electoral y va a haber mucha desinformación para ver cómo reacciona la gente y para intentar mover el voto hacia un lado o hacia otro o hacer caer mal una persona. Es decir, es información falsa que se distribuye con un propósito. 

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Beatriz Correyero, Vicedecana del Grado en Periodismo, en su despacho preparando la última clase del curso // Claudia Martín Egido

¿Antes de Internet existía también la desinformación ? ¿Y en qué se diferenciaba?

Claro, por su puesto. La desinformación ha existido siempre, lo que pasa que la cantidad de gente a la que llega y la capacidad de manipular es mucho mayor ahora. Es decir, lo que cambia es el alcance, ya que internet  provoca que llegue a más gente. Esta información tiene como fin manipular o cambiar de opinión. En la batalla naval de España con los ingleses había mucha desinformación con el objetivo de confundir al bando contrario y ganarlo.

¿Cuáles son las principales características de la desinformación que hay en Internet? 

En Internet puede haber muchos tipos de desinformación. Cualquier red social puede desinformar, cada uno lo hace según su carácter. Por ejemplo, podemos tener videos, audios, mensajes de texto o grupos de whatsapps, estos últimos son los que más circulan. El ciclo es como la frase de “Calumnia, que algo queda”, pues esa sensación de desconfianza es lo que se quiere provocar con la desinformación que circula por internet.  En resumen, la característica más crucial es la de generar desconfianza y un gran alcance. Además de sembrar la duda, porque aunque la desinformación se desmienta a posteriori, siempre se va ha quedar la duda. 

¿Cómo se diferencia de la información veraz?

Cuando alguien recibe una información que no sabe si es real, su deber es contrastar. Sin embargo, hoy en día esa es la dificultad, no obstante para eso están los fact-checking, que hacen una labor muy importante, porque cuando un bulo llega a ser algo muy extendido, lo que hace es sacar inmediatamente una información señalando que ese contenido es falso. Si bien es cierto, a mi lo que me llama la atención o me molesta un poquito… es que eso es trabajo de los medios de comunicación, pero han tenido que intervenir  los fact-checking, porque los medios no estaban actuando como deben. El papel de garante de la veracidad lo tienen los periodistas, pero muchas veces nos convertimos en difusores de bulos, porque no contrastamos la información o buscamos una rentabilidad económica, una rentabilidad en clickbait o lo que sea.  Lo ideal sería que los medios de comunicación y los fact-checking trabajarán juntos para optimizar su rendimiento. La que no puede perder es la prensa o los medios de comunicación, pues tienen el poder de verificar la información. 

¿Qué perfil social es el más afectado? Cada informe especifica una cosa, que si los jóvenes, que si los mayores, que si los marginados…

 La edad es importante, pero lo más crucial es la formación. La gente más vulnerable es la que tiene menos información, cuyo nivel de educación es menor, porque no sabe los recursos que tiene, es más crédula ante cualquier cosa que le cuente su entorno… A veces, ese perfil suele coincidir con personas mayores porque hoy en día las generaciones más jóvenes están más formadas.  Por ello, en el capítulo que redacté para el libro, una de las cosas básicas que hay que hacer es la alfabetización mediática. La alfabetización en qué es la desinformación, cómo se combate, cómo te lo puedes creer o no, y eso se tiene que hacer transversal a todas las edades. Para mí es el principal antídoto. Hay que llevarlo a los mayores, a los niños, jóvenes y a todas las generaciones.  

Para finalizar…¿Qué acontecimiento o sucesos ha tenido más desinformación o noticias falsas? 

Cuando comenzamos a preocuparnos realmente por la desinformación fue con las elecciones de Trump y con el Brexit. Estos fueron los dos puntos más estratégicos y que dieron para hablar de desinformación. No hay que olvidar que en Internet tienes muchas cosas gratis, porque Google tiene tus datos, te sigue, sabe tu ideología, tu sexo, lo que compras, lo sabe todo de ti. En internet se deja rastro de absolutamente todo y vende datos, a políticos, empresas, etc. y estos utilizan esos datos  para manipular a la sociedad.

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INFOGRAFÍA / HERRAMIENTAS FACT-CHEKING