lunes. 29.04.2024
Enrique Arroyas
Enrique Arroyas

Enrique Arroyas, profesor e investigador de la UCAM de periodismo, que se define como alguien que busca y que duda. Investiga sobre el liberalismo, la sociedad, el debate público, la polarización y la política. Participó del libro "El debate público en la red" de la Facultad de Periodismo de la UCAM, donde escribió sobre liberalismo. 

P: ¿Qué es ser liberal?

R: Muy buena pregunta. Porque es precisamente un concepto complejo discutido y tergiversado. El liberalismo es una teoría política, pero también una forma de de entender la vida. Y si nos remitimos a su nacimiento es una idea que surge como un invento, una idea maravillosa, es un descubrimiento del intelecto humano, que simplemente lo que dice es que todos los hombres somos libres, y con una serie de derechos inalienables por el mero hecho de seres humanos. Y por lo tanto no hay ninguna instancia por encima del individuo, a la que se deba obedecer de forma ciega. Esa es la grandeza del liberalismo. Es reconocer y consagrar que cada persona puede alcanzar la madurez suficiente como para dirigir su vida de forma autónoma y para tomar sus decisiones libremente sin que tenga que obedecer a ninguna instancia por encima del del individuo. El liberalismo inventa un sistema político que garantice esa ideas de base.

P: La democracia

R: Sí. Porque es el sistema político en el que se respeta la autonomía individual, a la hora de tomar las decisiones últimas que afectan al grupo. Donde en la toma de decisiones colectivas se ha tenido en cuenta la opinión, el parecer y la participación de cada individuo. Afortunadamente, creo que se ha extendido bastante la idea de que la democracia es el sistema más bueno o el menos malo.

P: Me haces saltar a otra pregunta. ¿La democracia lo justifica todo?

R: No. Porque una cosa es que una decisión sea democrática y otra cosa es que una decisión sea liberal. Es decir, puede haber sistemas muy democráticos y poco liberales. 

P: Hubo un influencer, Jano García, que dijo hace meses que prefería un dictador bueno a un demócrata malo como Pedro Sánchez.

R: El es un representante que considera que la solución debe provenir de menos democracia. Eso significa que las decisiones no las tome la gente, sino las élites. Que las decisiones las deben tomar los técnicos, los que saben. Es una tendencia de los de los que quieren reformar el sistema a través de quitar poder a las masas y dárselo a las élites.

P: Pero eso es poco liberal

R: Sí, pero por eso decíamos al principio que tiene esa complejidad.

P: Me da la sensación de que ser liberal es tan amplio, que se queda vacío.

R: Porque eso procede de la confusión que se ha establecido sobre el propio término de lo que es ser liberal. No hay más que ir a la popularización del término neoliberal, ya directamente como algo perverso. Yo prefiero pensar el neoliberalismo como un liberalismo mal entendido. El liberalismo en su origen es una corriente que procede de los sectores intelectuales progresistas más avanzados. Los liberales son aquellos que han hecho fuerza durante la historia para quitar poder a las instituciones, como podía ser la Corona, la Iglesia, para dárselo al individuo. Por tanto, en su origen el liberalismo es una fuerza progresista y de izquierdas.

P: En Europa es al revés.

R: Sí porque el liberalismo, al defender la libertad individual o la libertad económica, se le quita al Estado. No olvidemos que el liberalismo no es la derecha, sino que el liberalismo es compartido por un espectro que va del centro derecha al centro izquierda, y por lo tanto tan liberal es el PSOE como el Partido Popular. Solo que a la hora de equilibrar la balanza, los socialdemócratas, ponen más peso en la distribución de la riqueza y los liberales más de derecha dicen que hay que bajar los impuestos. No hay en realidad una contraposición en todo lo en lo que es el centroizquierda y el centroderecha. Lo que pasa es que se se extreman.

P: ¿El Gobierno de España es cada vez menos liberal?

R: Hombre, es un gobierno en que está Podemos dentro.

P: Pero también está el PSOE

R: El PSOE si se une a Podemos corre el peligro de verse arrastrado hacia políticas que no son liberales. El gran problema de partidos extremistas, como puede ser VOX por la derecha y Podemos por la izquierda, es que son partidos que no son liberales. No solo en políticas económicas, sino en cualquier otro tipo de visión. Proceden de esa tradición política, que propuso alternativas al liberalismo, porque consideran que liberalismo era un sistema derrotado. Y lo siguen pensando.

P: ¿De dónde proceden?

R: Proceden de los dos grandes movimientos alternativos al liberalismo que surgen en el siglo XX, que son el fascismo y el comunismo. Fueron dos inventos ideológicos que tenían un proyecto para hacer de este mundo un mundo más feliz del que observaban que era un desastre. Un mundo en guerras, un mundo desigual, empobrecido, atascado en sus contradicciones, débil.

P: ¿Y ahora?

R: Pues si tú escuchas y analizas los discursos de Pablo Iglesias o de cualquier dirigente de Podemos, todos sus discursos parten de esa idea de que de que todo el entramado institucional sobre el que se apoya el liberalismo, como la separación de poderes, es un engranaje fraudulento, una trampa, un teatro, una farsa. No digo yo que Podemos y VOX hoy en día sean partidos fascistas o comunistas. Sí son antiliberales. El diagnóstico que hacen del liberalismo es el mismo que es que hacían los comunista y los fascistas. Hoy en día, es una receta que no es ni comunista ni fascista, pero sí populista.

P: Entonces, si el PSOE es un partido liberal, ¿Por qué gobierna con un partido anti liberal?

R: Porque necesita sus votos, porque se ha fragmentado el voto, y por pura aritmética. Cualquier partido que gobierne en España va a necesitar apoyos de partidos que están dentro del Parlamento. Porque el problema no es con quién pactas, como decía Pedro Sánchez que tendría pesadillas con Podemos y luego gobierna con ellos. Lo importante no es con quién pactas, sino lo que pactas.

P: ¿Por qué en España no ocurre lo que en Italia, Francia y otros países europeos donde los antiguos partidos casi han desaparecido?

R: Porque somos un país con muy poca tradición democrática, y una gran historia de dictadura, es decir, de una ciudadanía poco entrenada en el pensamiento, en la discusión, poco valiente, muy acostumbrada a la obediencia. Se ha sustituido la obediencia a un gobierno dictador por la obediencia al grupo ideológico. 

P: Hemos pasado a un sistema polarizado

R: Sí, hemos pasado de un sistema bipartidista a un sistema de bloques. Y la distancia de entre esos bloques, en lugar de aproximarse, se ha hecho más extensa.

P: ¿Por qué?

R: Bueno, pues esto ya es todo la teoría de la polarización política. En política no debería haber nada opuesto. Y sin embargo, la cultura de hoy está haciendo que en la política se cree más distanciamiento ideológico. Es posible que los valores del liberalismo ya no seduzcan al ciudadano. El fascismo y el comunismo arrastraron masas. En la Guerra Civil, había dos Españas y luego la pequeñita que quedaba en medio, que era la España liberal y apenas tenía seguidores. Entonces, hoy creo que está pasando algo algo similar. Si no enderezamos la sociedad, cualquier sistema liberal será tan débil que al final pierda eficacia contra otros modelos que prometen soluciones fáciles.

España se encuentra entre los 6 países más polarizados del mundo
España se encuentra entre los 6 países más polarizados del mundo (5º)

P: Te voy a preguntar ya por temas menos profundos y más actuales. Vinicius. ¿Es España racista?

R: Cuando voy al fútbol siempre he vivido escenas en las que yo siento vergüenza ajena por mis congéneres. Te sientes un poco de avergonzado por lo que la personas que están en el en el campo hacen y dicen. Yo siempre he pensado, esta persona, ¿por qué hace o dice esto? No lo diría en una plaza o en algún bar. Es un comportamiento salvaje y comportamiento de animales. El fútbol necesita ese tipo de gente. Necesita a los exaltados, no a gente como yo que no me levanto ni cuando meten gol. Esa gente está sometido a un estrés y a unos nervios que viven el fútbol como si fuera su vida. Esa gente cree que está haciendo lo que debe hacer para que su equipo gane. No vamos a terminar con eso.

P: Se puede animar al equipo sin insultar

R: En un mundo ideal sí, pero resulta que eso no ocurre. Y su importancia se basa en que sean capaces de desestabilizar al contrario. Lo pueden hacer de forma más educada. 

P: Te voy a decir ahora nombres y me vas a decir una palabra. Pedro Sánchez

R: Un gran político para estos tiempos. Es un gran estratega. Podría haber sido un gran líder que marcara una época en la democracia, pero está atrapado entre su propia debilidad y su extrema ambición.

P: Yolanda Díaz

R: No me la creo. Utiliza un discurso que dice estar en el lado bueno de la historia todo el rato. Es un discurso aparentemente de diálogo, pero en cuanto se le aprietan las tuercas, surge esa idea de que el contrario es el enemigo y yo soy el bien y la verdad.

P: Feijóo

R: Una incógnita. Es un buen político de transición, pero no es ese líder que necesita España en el centro derecha, alguien que ilusione. Que sí lo era Albert Rivera.

P: Abascal

R: Está muy convencido de aquello por lo que lucha, pero me parece alguien demasiado extremado, muy poco flexible y falto a todas luces de una cultura humanística.

P: Irene Montero

R: La nada, el vacío, la prepotencia. Alguien que tiene ideas muy claras y nula capacidad de dudar de sus propias ideas. No ha hecho nada positivo para el país.

P: Inés Arrimadas

R: Una política desperdiciada. Una pena porque sí era una mujer con esos valores liberales muy firmes que le servían para mantener una posición muy decente y firme ante los extremos, el desafío nacionalista o los populismos. Podría haber sido una gran líder para el centro derecha español.

P: Bildu

R: El horror, lo peor.