De acuerdo a los últimos resultados proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el Índice de Precios de Consumo (IPC) desciende hasta el 3’3%, más de dos puntos y medio por debajo del indicador obtenido en febrero. Los precios de los bienes y servicios de consumo que se han beneficiado de la bajada corresponden a la vivienda (16,2%) con una reducción de diez puntos, el transporte (4,8%) con un descenso de más de seis puntos y medio, el vestido y calzado (3,2%) con una tasa siete décimas inferiores y, por último, el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas (16,5%) con una décima por debajo.
El descenso de la tasa anual se ha visto reflejado, especialmente, en la electricidad y los carburantes, que forman parte de los grupos con un porcentaje menor. Los españoles verán también un ahorro en la cesta de la compra ya que, aunque los precios de las legumbres y hortalizas hayan incrementado, los del pescado y marisco, la leche, el queso, los huevos y los aceites han disminuido respecto a 2022.
La bajada ha sido notoria, pero no ha afectado al ocio y la cultura, que se sitúa en el 4,4%, un punto por encima de la obtenida el mes pasado. El aumento de los precios se atribuye, principalmente, a los paquetes turísticos.
Además, la tasa de variación anual de la inflación subyacente, es decir, el índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos, alcanza el 7,5%, una décima menos. Este descenso logra una diferencia de más de cuatro puntos respecto al IPC general. Con ello, se presenta la menor variación anual de IPC registrada en el último año.
Una cesta de la compra de 500 productos
El principal medidor de la inflación o IPC se calcula todos los meses respecto a los artículos más consumidos en los hogares por los españoles. Tras considerar más de 220 mil precios, el INE elabora una lista con 500 artículos que representan una gran cesta de la compra. Entre ellos se encuentran doce grupos que representan los precios de alimentos, bebidas, ropa, restauración, etc.
Con ello se consigue obtener un valor real de la variación de los precios de los productos y servicios, así como una comparación respecto a otros países con los IPCS armonizados.
